Desde el 18 hasta el 22 de enero se llevó a cabo un ciclo de conversatorios que correspondieron a la “VII Escuela de Temporada: Diálogos constituyentes + Democracia + Derechos Humanos +Territorios”, de la Universidad de Chile. Esta instancia estuvo organizada, por primera vez este año, junto a otras 7 universidades estatales del país. El objetivo de este encuentro, mencionaron sus organizadores, es impulsar el diálogo entre la academia y la sociedad civil en el contexto del proceso constituyente.
Las jornadas fueron transmitidas vía online a través de YouTube y del streaming de la Red de Televisión de las Universidades del Estado de Chile, UESTV.
En este contexto, el día jueves 21, a las 11 de la mañana, se desarrolló el diálogo “La salud como un derecho”, con invitados especialistas que participaron en representación de las universidades organizadoras. El panel estuvo compuesto por Claudio Merino, doctor en Ciencias Humanas con mención en Discurso y Cultura, con una línea de investigación que aborda temáticas como desigualdades sociales y sus efectos en salud, epidemiología cultural, entre otros temas; Soledad Barría, directora del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile; Pedro Yáñez, médico, académico y jefe del Programa de Medicina Familiar de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile; y Tomás Lagomarsino, médico, académico de la Universidad de Playa Ancha, presidente de Afusam Viña del Mar y presidente de Fundación Equidad.
La moderación estuvo a cargo de Anita Domer Paris, académica de la Universidad de Los Lagos, quien realizó preguntas a los dialogantes, con un tiempo de 5 minutos para responder. El coloquio comenzó directamente abordando la presencia del derecho a la salud en la constitución actual. Uno de los principales cuestionamientos de la ciudadanía es que las garantías entregadas por la carta magna dejan al Estado cumpliendo un rol principalmente subsidiario. En este sentido, ¿cómo creen los y la panelista que se puede garantizar el derecho a la salud de manera constitucional?
Para Soledad Barría, es fundamental que el trabajo de la ciudadanía no termine con la elección de constituyentes, sino que se mantenga en todo el proceso de manera activa. Además, del tema de salud, señaló que la constitución no va a dar todos los lineamientos, pero si el marco general. “En primer lugar, la constitución debe decir algo que no dice hoy en día, tiene que decir que la salud es un derecho de todas y todos los habitantes de este territorio, y que el Estado es garante de este derecho. Hoy se garantiza el acceso a un sistema, pero no la salud. En segundo lugar, debe dar una clara señal que salud no es la recuperación de la enfermedad, sino que salud es la posibilidad de que todos vivamos en condiciones adecuadas para tener salud. Eso significa reconocer que, en salud, es tan importante el sistema que va a tratar la enfermedad, o más importante que eso, son las condiciones de vida en que las personas se desarrollan”. Finalmente, en un tercer lugar, la ex ministra reconoció la necesidad de garantizar un sistema de salud que haga cumplir este derecho, es decir, “un sistema público universal, que tenga un financiamiento solidario, que puede ser a través de impuestos o por la cotización, pero que sea solidario, en que todos contribuyamos, y además que tenga representación en los territorios, y que por lo tanto esté basado en los territorios”.
Luego tocó el turno de Claudio Merino, quien se sumó a las palabras de Soledad, y también agregó que es importante distinguir lo que son las prestaciones de salud y el derecho al cuidado de la vida, lo que se conoce como buen vivir. Además, contextualizó históricamente este tema señalando que “en 1941, cuando se planteaba la creación del Servicio Nacional de Salud, se planteaban distintas formas de cómo abordar la salud desde un punto de vista sustentado en los derechos. Y desde ahí también había una concepción del valor y del cuidado de la vida”. Por otro lado, mencionó que es importante rescatar las demandas históricas que ha mantenido la ciudadanía, sobre todo en el estallido social. “El movimiento del 18 de octubre del año 2019 es uno de los tantos movimientos que ha reclamado el tema de la salud como un derecho”, indicó. Finalmente, Claudio Merino destacó un tercer punto, que tiene que ver con minimizar al máximo la expoliación de la vida producto de un ordenamiento social y territorial con una materia económica extractiva. “Las externalidades negativas de las empresas mineras, forestales, salmoneras, han condicionado que la vida tenga discrepancias y efectos en los datos de mortalidad”, señaló.
Seguidamente, expuso Pedro Yáñez, quien se baso en una serie de “mandatos” que establecen los cambios urgentes en materias de salud, y que corresponden a mandato constituyente, mandado ético, mandato de la pandemia y mandados para resolver. El primer mandato, como lo define Yáñez, tiene que ver directamente con el derecho a la salud. “El derecho a la salud se cumple con un Estado garante de derechos, con un sistema gratuito, que en lo posible debiera tener un sistema de impuestos no regresivos, también con un concepto integral de salud, que incluya medio ambiente y las diferentes determinantes, con una perspectiva de género e interculturalidad, y también considerar la participación como un elemento vinculante”, señaló Yáñez.
Por último, tocó el turno de Tomás Lagomarsino, quien comenzó aclarando que, para garantizar el derecho a la salud, no basta con escribirlo en la constitución. Además, el doctor planteó que “aquellos que creemos profundamente en el modelo de las determinantes sociales, intermedias, estructurales, y también en el contexto socioeconómico y político como determinante de la salud, el solo hecho de tener una nueva constitución, hecha en democracia, legitima, ya es mejora per se para las personas que viven en este territorio”. Para el médico, tener un Estado Plurinacional, que reconozca la autonomía de los pueblos originarios, y que existan regímenes autonómicos que les permita administrar y gestionar su propia salud, con su propia cosmovisión, también es un avance al derecho a la salud.
“El hecho de tener una nueva constitución diferente a la que hemos tenido hasta el día de hoy, que es una constitución subsidiaria, patriarcal, con un Estado unitario, que excluye, no solamente a nuestros pueblos originarios, sino que también a nuestros compañeros y compañeras inmigrantes, hace que no tengamos garantizado el derecho a la salud. Por otro lado, el hecho de escribir el día de hoy que el Estado garantiza el derecho a la salud, no necesariamente lo asegura si no tenemos una constitución que en su marco general avance en la línea de generar nuevas formas de entender las determinantes sociales, intermedias, estructurales, y el contexto sociopolítico”, indicó Lagomarsino.
El capítulo completo de este conversatorio puedes revisarlo AQUÍ.